jueves, 3 de febrero de 2011

Los sistemas de retención infantil (SRI)

Existen diferentes tipos de SRI adaptados al peso y estatura del niño.
Grupo O (de 0 a 10 kg y hasta 76 cm de estatura)


Este tipo de SRI corresponde a los capazos de los cochecitos de paseo, pero solo a aquellos que están homologados para el automóvil. Se instala en la parte posterior del vehículo, en sentido transversal. El sistema de sujeción del bebé al capazo es un arnés de cintura


En el capazo homologado (grupo 0), el niño va transversal a la marcha y no hay nada que sujete la cabeza, por lo que pueden producirse lesiones cervicales, puesto que la musculatura y la estructura ósea del cuello no están suficientemente preparadas para soportar la fuerza con que la cabeza se desplazará en caso de impacto frontal o trasero. Del mismo modo, la sujeción del capazo con unos anclajes basculantes impide que este se quede sujeto al asiento en impactos frontales o laterales, produciéndose un efecto de balanceo. Lo único que realmente impide un capazo homologado es que el bebé (si va atado con el cinturón ventral) salga despedido por el cristal del coche, pero las lesiones son en número y en importancia superiores que en un Grupo 0+.


Así pues, aunque el capazo sea el sistema más apropiado para el paseo (recordamos que la columna vertebral del bebé no quedará totalmente formada hasta los 6 meses de vida y, por lo tanto, lo correcto es que esté completamente estirada el mayor tiempo posible), es desaconsejable su uso para el automóvil. Los capazos homologados no se fabrican en Europa, excepto para Italia, Portugal y España, debido a su baja eficiencia en seguridad. Por eso muchas marcas importantes de cochecitos prescinden de esta pieza y usan exclusivamente el grupo 0+ o portabebés para el automóvil durante el primer año de vida aproximadamente.


Grupo 0+ (de o a 13 Kg y hasta 92 cm de estatura)


El grupo 0+ corresponde a los portabebés (también conocidos como maxicosi o huevo). Este sistema permite llevar al bebé en la parte trasera o delantera del vehículo, siempre que el airbag del copiloto esté desconectado o no disponga de él. La colocación del dispositivo será siempre contraria a la marcha. La silla sujeta al bebé a través de un arnés de cinco puntos, y va sujeta al vehículo a través del cinturón de tres puntos de anclaje, o bien mediante una base Isofix.


Se recomienda llevar al niño en la parte central de los asientos traseros, lo que reduce el riesgo en caso de impacto lateral.






El portabebés es el sistema ideal para transportar a nuestro bebé en el automóvil. Su forma curvada y su instalación en contra de la marcha permite que el bebé este totalmente protegido y sujeto por las partes más resistentes de su cuerpo, las articulaciones de brazos y piernas. La parte más débil del bebé es el cuello. Con un SRI instalado en el sentido de la marcha o en los de tipo capazo, podrían producirse lesiones cervicales en caso de choque, e incluso por el vaivén natural producido por las frenadas y aceleraciones del vehículo. En caso de choque frontal, en un portabebés la cabeza se impulsará por inercia hacia el portabebés, por lo que será éste el que absorba el impacto.


Y ahora los contras. El portabebés es un estupendo SRI, pero no debe usarse para el paseo. La misma forma curva que garantiza la protección en el automóvil lo hace contraproducente para el resto de usos. Un portabebés, según los profesionales de la pediatría, no debe utilizarse durante un periodo superior a hora y media seguida. La limitación obedece al mal uso que algunos padres han hecho de este elemento que, al ser en general más ligero y más pequeño que un capazo, a primera vista puede resultar más cómodo para pasear al niño. Ante los efectos negativos de tener a un bebé sentado en el portabebés durante muchas horas seguidas, los pediatras han trasladado a los fabricantes la necesidad de limitar el tiempo de uso.


Por supuesto, esto plantea un dilema en los viajes largos: en un capazo no irá seguro, pero en un portabebés probablemente pasará demasiado tiempo. La elección evidente es el portabebés, ya que un par de excesos puntuales (probablemente uno a la ida y otro a la vuelta) no conllevan ningún riesgo de malformación en la columna. Lo preocupante es el extremo opuesto: comprar cochecitos que ni siquiera incluyen capazo y tener a nuestro bebé encorvado varias horas cada día durante sus primeros meses de vida.


Los SRI que se montan en sentido contrario a la direccion de marcha quedan muy bien protegidos para el caso de un choque frontal, por lo que el cambio de una sillita tipo capazo a un SRI colocado mirando hacia delante deberá realizarse lo más tarde posible. En las sillas que se montan mirando hacia delante, solo se sujeta el tórax a la silla, por lo que la cabeza se desplazará hacia delante en caso de accidente. Como precisamente los bebés y párvulos tienen la cabeza más grande en relación al cuerpo y, además, la nuca es todavía muy débil, adelantar el cambio podrá ser causa de lesiones importantes en caso de siniestro grave.


Se debe cambiar de sistema de retención al grupo superior (grupo I) cuando la cabeza del niño sobresalga por la parte superior del portabebés, o cuando el respaldo impida al niño tener espacio suficiente para estirar las piernas.


Grupo I (de 9 a 18 kg y de 92 a 108 cm)


El niño va sujeto a la silla a través del arnés de tipo tirantes y un sistema de tensión central del cinturón, que se ajusta según la talla y el peso del niño. Es muy importante ajustar la silla a medida que crece el niño y evitar holguras tanto en los arneses como en la instalación con el cinturón. Hay que ajustar el cinturón tipo tirantes a la altura del hombro del niño y, una vez abrochado el arnés, es necesario reajustar el cinturón tipo tirantes para tener la certeza de que está bien apretado.


Los sistemas disponibles en el mercado permiten su colocación en sentido de la marcha y la postura del niño será sentada o semiacostada.


Estas sillas se colocarán preferentemente en la parte central de los asientos posteriores cuando éstos dispongan de cinturón de tres puntos o, en su defecto, en las plazas laterales. La silla quedará fijada al asiento con los cinturones de seguridad de tres puntos o con el anclaje Isofix (en los vehículos que dispongan de este sistema de sujeción).






El anclaje ISOFIX



El sistema ISOFIX es un nuevo sistema que simplifica la operación de sujetar las sillas de seguridad infantiles a los asientos de vehículos. El asiento de seguridad infantil está dotado de unos cierres que se enganchan en una especie de pequeñas argollitas situadas en el asiento del coche, entre el respaldo y el asiento propiamente dicho.


ISOFIX es un reciente sistema de anclaje que pretende estandarizar la operación de instalar una silla de seguridad infantil y que reduce la probabilidad de que el asiento quede sujeto incorrectamente, con el riesgo que esto supondría en caso de colisión. También ayuda a controlar mejor el movimiento de los niños durante una desaceleración brusca, con lo que aumenta la protección global que ofrece el asiento de seguridad infantil. Para conseguir el máximo grado de protección es posible que todavía se requiera, según modelos, algún tipo adicional de instalación (como patas de refuerzo al piso del vehículo o tirantes a la carrocería).


Por el momento, el sistema ISOFIX tiene una difusión limitada en los establecimientos comerciales que venden asientos de seguridad infantiles, en parte porque, si el vehículo no cuenta con los anclajes correspondientes, el asiento puede no quedar correctamente instalado en el coche. Por este motivo, el primer lugar en donde hay que recabar información es en los concesionarios oficiales. Por ejemplo, conviene averiguar si el sistema ISOFIX ha sido instalado de serie o si es posible incorporarlo posteriormente al vehículo, cuáles son los asientos ISOFIX recomendados para el modelo, etcétera.


Grupo II (de 15 a 25 Kg y de 98 a 123 cm)


Este grupo corresponde a los elevadores con respaldo. Permiten adaptar el recorrido del cinturón de seguridad de tres puntos en los sistemas de protección, de forma que es el cinturón el que sujeta al niño y al elevador. Hay que tener en cuenta la holgura del cinturón (que debe quedar bien sujeto), el paso del cinturón por las guías de la propia silla y la colocación del reposacabezas. Con este sistema el niño puede viajar en el asiento delantero y trasero en sentido de la marcha. Este grupo también puede adquirirse con anclaje Isofix.


Puesto que los elevadores con respaldo son, en realidad, grupo II/III, los veremos con más detenimiento en el siguiente apartado.


Grupo III (de 22 a 36 Kg y de 115 cm a 150 cm)


El cojín y el elevador con respaldo levantan al niño y permiten adaptar el cinturón de tres puntos del vehículo con total seguridad. Pueden ir en plazas delanteras o traseras (preferentemente), y siempre en sentido de la marcha.






El grupo III corresponde a los elevadores con y sin respaldo. Los elevadores con respaldo (grupo II) no son nunca solo grupo II, sino II/III. Si hemos adquirido un elevador con respaldo, cuando el niño pese 25 kg o mida 115 cm podemos quitarle el respaldo (la mayoría de elevadores son dos partes ensambladas) y usar únicamente el cojín. Si cuando el niño pesaba 9 Kg o media 92 cm adquirimos una silla de auto de grupo I/II, ahora podemos comprar directamente el grupo III (cojín). Sin embargo, no es recomendable. El elevador sin respaldo no es más seguro que el cinturón de seguridad sin más, y únicamente sirve para que éste quede adaptado correctamente, como en un adulto. Es aconsejable mantener el respaldo ya que, en caso de colisión lateral, evitará posibles lesiones cervicales.


Estos sistemas permiten una fácil colocación, sin riesgo de errores, aunque es importante que los cinturones pasen por las guías de la silla.


Una mochila colocada a la espalda incrementara significativamente el riesgo de que el niño sufra lesiones en caso de accidente, tanto en caso de choque frontal como de lateral. Por eso, antes de cada recorrido, se debe retirar la mochila de la espalda y colocarla en el suelo del vehículo.


Combinación de grupos en los SRI


Si usamos un SRI para cada grupo, cuando el niño cumpla aproximadamente 12 años habremos adquirido un total de 3, lo cual no parece una cifra exagerada teniendo en cuenta que hablamos de la seguridad de nuestros hijos. Hemos de tener en cuenta que la anatomía y el tamaño de un niño no son los mismos a los 2 meses que a los 9 años, por lo que es lógico que necesitemos un SRI adaptado a su peso y estatura.


Para los papás que decidan que tres SRI son demasiados, el mercado ofrece varias soluciones para que puedan ahorrarse uno de ellos. Así, en resumen, tenemos estos tipos de SRI:


Grupo 0: capazo (de 0 a 10Kg). Es casi imposible que la estatura permita que el bebé quepa a los 10 kg en un capazo. Siendo realistas, e incluso optimistas, se usan hasta los 6 meses, igual que para el paseo. Recordamos que es recomendable usarlo exclusivamente para el paseo y utilizar el portabebés para el automóvil.


Grupo 0+: portabebés (de 0 a 13 Kg). Sistema de seguridad óptimo para este peso que se instala en sentido contrario a la marcha. Su forma curva permite que el bebé esté completamente protegido.


Grupo 0/I: silla de auto (de 0 a 18 Kg). SRI que se instala primero en sentido contrario a la marcha y, sólo cuando el niño ya no quepa, en el sentido de la marcha. No ofrece la misma seguridad que el portabebés hasta los 13 Kg. Aunque ambos queden en sentido contrario a la marcha protegiendo el cuello en un choque frontal, la silla de auto es mucho más grande y el bebé no queda “encajado”. El bebé absorbe parte del impacto.


Grupo 0/I/II: silla de auto (de 0 a 25 Kg). SRI similar al de grupos 0/I. Hay pocos en el mercado y son poco recomendables.


Grupo I: silla de auto (de 9 a 18 Kg). SRI óptimo para este intervalo de peso.


Grupos I/II: silla de auto (de 9 a 25 Kg). Son más grandes que las sillas de auto de grupo I. Más anchas y más altas. No pueden instalarse en sentido contrario a la marcha.


Grupos I/II/III: elevador con respaldo y arnes de 5 puntos (de 9 a 36 Kg). Reclinan mucho menos que las sillas de auto y las solapas (que proporcionan protección extra contra un impacto lateral) desaparecen, dando paso a los reposabrazos, cuya función es más de comodidad que de seguridad. El cabezal se regula en altura. No pueden instalarse en sentido contrario a la marcha.


Grupo II/III: elevador con respaldo (de 15 a 36 Kg). SRI óptimo para este intervalo de peso. El cabezal se regula en altura.


Grupo III: elevador sin respaldo (de 25 a 36 Kg). Su función es que el niño pueda colocarse correctamente el cinturón de seguridad. No ofrece demasiada protección adicional contra impactos.


Los informes sobre seguridad y manejo de los SRI


Desde el año 2000, los clubes automovilísticos europeos como el RACE (Real Automóvil Club de España) y el RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) someten a examen los SRI en todas las categorías de peso. El estudio se centra en el nivel de seguridad que ofrecen las sillitas en caso de impacto lateral y frontal, y también analiza su facilidad de uso, comodidad, cuidado y mantenimiento.


Los informes anuales se realizan sobre los SRI lanzados al mercado en el último año y sobre los SRI que han sufrido modificaciones desde que se sometieron a examen. Como no existe ninguna tabla que agrupe todos los SRI vigentes la he elaborado tomando los resultados de los informes desde 2006 hasta 2010. No he tenido en cuenta aquellos SRI que no se comercializan en España.

Disponer de un Sistema de Retención infantil, y llevarlo correctamente, puede reducir en un 75% las lesiones de vuestro hijo en caso de frenazo brusco o impacto. Tan importante como escoger el SRI más seguro que se adapte su talla y peso es instalarlo correctamente en el vehículo. Aquí tenéis algunos consejos prácticos que os ayudarán a mejorar la seguridad de los menores de 12 años.


• Comprobad que en la silla va adjunta la etiqueta de homologación, que encontrareis tanto en la etiqueta como en la parte posterior de la silla.


• Cuidado con las sillas de segunda mano. La silla debe estar en perfecto estado. Rechazad ofertas con pequeños desperfectos, ya que resta seguridad al producto y pueden restar efectividad.


• Antes de comprar un asiento infantil, conviene comprobar que se tiene una instalación firme y sin excesivas complicaciones en el vehículo en donde se vaya a utilizar. En el manual de vuestro coche vendrá indicado si está equipado con anclaje Isofix.


• Comprar un sistema para cada grupo mejora los niveles de seguridad, ya que se adapta mejor que los sistemas que cubren varios grupos.


• Recordad que no utilizar los sistemas de retención puede acarrear la pérdida de 3 puntos y una sanción de hasta 260 euros.


• Consultad las advertencias e instrucciones de instalación, del manual del propietario del vehículo y del sistema de retención infantil.

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